martes, 7 de enero de 2020

El Federalismo en albores del Cantón.

Para entender el pensamiento de Antonete, primero tenemos que entender que es el federalismo en el ámbito murciano, el cual estará representado por el Partido Republicano Federalista.
El republicanismo federal se encontraba muy asociado con Pi y Margall, como líder de este. Asumió supuestos de Proudhon, como la descentralización administrativa, cooperativismo anticapitalista y la libertad religiosa, los cuales se convierten en pilares básicos de su programa, aunque no destierra del todo su mentalidad. El federalismo nunca tuvo una base popular sólida, el pueblo no comprendía los supuestos de Proudhon explicados por Pi, ya que se decía que era un mal orador. 
Tras la revolución de 1868, la cual como sabemos abrió un periodo de experimentación política, donde el federalismo se integró en el grupo revolucionario triunfante. Se instaló en el mediterráneo, donde siempre habían sido hoscos ante el centralismo de Madrid, en el caso de Murcia este federalismo se vio acrecentado por el descontento social. el federalismo se enajenará la confianza de los restantes partidos revolucionarios, incluido el demócrata, de cuya izquierda procedía. También se vio estigmatizado por la derecha. Debilitado además por sus propias disensiones internas, hubo de resignarse a esperar su oportunidad.
Tras la proclamación de la República, a los federales les faltaba el apoyo de un sector social amplio, diciéndose que el federalismo solo se sentiría seguro a su paso por el poder en la creencia de contar con una base popular mayoritaria. La falta de visión objetiva perdió a los dirigentes, que no se enfrentaron a una oposición minoritaria y consciente de su debilidad. Los republicanos de clases medias se lanzaron a una revolución callejera, este levantamiento fracasó por su falta de una cabeza visible y su reinante anarquía, por lo que los obreros ya no contarían estarían desilusionados. El cantonalismo es el último intento de la actuación conjunta entre los proletarios y la burguesía.
El soporte del federalismo en Murcia aparece en la clase media, así como excepcionales adhesiones de la clase superior y también de los asalariados. El republicanismo federal era un fenómeno urbano, por lo que en la zona murciana tendría dificultades para arraigar, tan solo Murcia y Cartagena podrían denominarse ciudades propiamente dichas. Durante la revolución destacaría Antonete por interceptar algunas fuerzas gubernamentales escapadas de Cartagena, obligándoles a sumarse a la revolución.
En la región, el partido necesitaba una personalidad que condujera a buen puerto las posibilidades de la lucha que venía, tras descartar a varios, como a Estaban Nicolás Eduarte, finalmente Antonete se hizo con el liderazgo. Con sus ropas huertanas, maneras rudas y con sus preferencias por la acción directa, el impulsivo labriego ponía una nota pintoresca en aquellas reuniones de precavidos hombres de levita. Los Monassot, Castillo, Baleriola..., tan afanosos en recuperar sus cargos perdidos.

[Fotografía de Antonete Gálvez hacia 1872]

Antonete supo como granjearse amistades de hombres poderosos que le valieron ascender y conseguir sus objetivos, si finalmente el sueño cantonalista fracasó, Antonete hizo todo lo posible porque este no muriese en vano, y con razón, el episodio cantonalista de Murcia es uno de los acontecimientos más memorables de la historia de España.

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