miércoles, 8 de enero de 2020

Pequeño comentario sobre la personalidad de Antonete.

A lo largo de toda la elaboración de este blog, de la cual he disfrutado, en los sucesivos libros y artículos he ido forjando una idea de como era realmente nuestro héroe murciano, sin duda era un hombre de la huerta, en posesión de una bien ganada popularidad, un labrador tan despierto como poco instruido, que había sabido hacerse con una modesta fortuna, cimentada en arriendos y contrabandos. Dispuesto a sacrificarlo todo por los ideales federales, con fe entre ingenua y fanática, pero siempre inquebrantable, anticlerical, antimilitarista, desconfiado de los políticos profesionales, junto a los cuales se sentía incómodo. Tan dispuesto al trabajo honrado como a defraudar al fisco mezclándose en negocios ilícitos, Antonete era por así decirlo, un temerario, aunque siempre generoso con los demás sin olvidarse por completo de sus intereses. Sus defectos pasaban por ser pendenciero y agresivo llegado el caso, hombre del momento sin clara visión del futuro, pero no exento de ambiciones, tenía una idea primaria de la justicia que, unida a su personalidad atrayente y a su elocuencia llana y directa, hacían de él un peligroso demagogo. Antonete Gálvez, desdibujado por una leyenda popular forjada ya en vida, no tardaría en convertirse en el mito que ha llegado hasta hoy.


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